viernes, 20 de marzo de 2015

La Sabiduría Taoista ✩✩


El Tao es una realidad viviente que debe penetrarse. Los pensamientos y las opiniones nos enceguecen frente al Tao.
Sólo cuando trascendemos el lenguaje y nos sumergimos en la experiencia del aquí y el ahora es que el Tao se hace obvio. El gran sabio taoísta, Lao Tzu, nos dice categóricamente que "si piensas que puedes hablar sobre el Tao, está claro que no sabes de lo que estás hablando."
Aun así, esto no le impidió que comunicara sus extraordinarias enseñanzas. Y, como todos los sabios taoístas, no pretende que sus enseñanzas se tomen como dogmas que, rígidamente, definen la verdad o que sean códigos morales absolutos que nos mantengan limitados. Son percepciones y conocimientos evocadores que se dirigen más allá de las palabras hacia una experiencia silenciosa de iluminación. No están diseñadas para enseñarnos nada sino para ayudarnos a desaprender todas las ideas artificiales que hemos acumulado en el procedo de condicionamiento social.
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Nos estimulan para despertar nuestra comprensión natural e intuitiva de la vida y nuestro lugar en ella. Como explica Lao Tzu: "alguien que busca aprender sabe más y más, pero alguien que busca el Tao sabe menos y menos, hasta que las cosas simplemente son lo que son." El Taoísmo enseña que todo está en proceso de cambiar en su opuesto y, esto ciertamente, pasó con el mismo Taoísmo. Siglos después de Lao Tzu y Chuang Tzu, su individualismo anárquico se degeneró en superstición. Aun cuando los maestros taoístas originales enfatizaban la necesidad de la total naturalidad, los siguientes taoístas se obsesionaron con disciplinas espirituales complejas que prometían poderes mágicos, longevidad, y hasta la inmortalidad. Esta desviación interpretativa no tiene nada que ver con la verdadera comprensión o práctica del Taoísmo. Lao Tzu dice que al Tao no se le puede ver porque no tiene forma; no se le puede escuchar porque no hace bulla; no se le puede topar porque no tiene sustancia; no se le puede conocer de esta manera porque es la unidad todo abarcadora.
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Por eso no se le puede describir de una forma particular porque es todo y proclamó: "Misteriosamente existente ante el cielo y la Tierra; silencioso y vacío, una unidad no cambiante, una presencia siempre cambiante. La madre de toda la vida, sin deseo de definirla puedo decir que es todo. Es imposible darle un nombre pero le llamo el Tao (el camino)." El Tao se expresa a través de la dualidad primal de yin y yang. La vida es la relación entre estos dos polos que son opuestos complementarios como espíritu y materia, si y no, sujeto y objeto, bien y mal, interno y externo, femenino y masculino. Si aprendemos a fluir con el proceso, en vez de desperdiciar nuestra energía en conflictos inútiles, nuestra vida sería más satisfactoria y feliz. Fluir con el proceso se refiere a seguir la corriente de la naturaleza interna y externa, no necesariamente de la sociedad. El Taoísmo enseña a vivir en armonía con lo que es natural y para eso necesitamos liberarnos de condicionamientos sociales y regresar a nuestros instintos e intuiciones innatas. Algunas frases de los sabios taoístas originales son:
  • cámbiate a ti mismo y cambiarás tu mundo.
  • Un viaje de mil kilómetros empieza siempre con un paso
  • Vive tu propia vida, no la vida que otros dicen que debes vivir (vívela como una exclamación, no una explicación)
  • Escoge el momento adecuado y las cosas irán bien
  • Tanto lo aceptable como lo no aceptable es aceptable
  • Busca la causa de tu mala fortuna en tus imperfecciones
  • Ríndete y habrás ganado
  • Permite que tu corazón sea grande y amigable con todos. Esta es la enseñanza más elevada

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